Insuficiencia Venosa y Várices
Uno de los trastornos que más preocupa a las mujeres es el aspecto de sus piernas, sobre todo cuando saben que en la familia se ha presentado enfermedad por várices en cualquiera de las dos ramas la materna o la paterna, esto puede iniciar con la aparición de lesiones violeta o de color morado en la superficie de la piel, o, a la aparición de dilatación de las venas con tortuosidades, a lo que se puede agregar fatiga, dolor o molestia inespecífica en las extremidades inferiores, que no cede con los cambios de posición y que a veces es la causa de consulta con el médico aun cuando la enfermedad no está muy avanzada.
Cuando el sistema venoso no es capaz de bombear la sangre de forma adecuada hacia arriba de las piernas aparece el edema (acumulación de agua en los pies, tobillo y piernas) producto del incremento de presión sobre el trayecto venoso que permite la extravasación de líquido al tejido circundante. A lo anterior se puede adicionar cambios de coloración de la piel y como complicación tardía en etapas avanzadas úlceras en la región del tobillo y la más distal de la pierna.
El embarazo por sus característica tiende a disminuir el retorno venoso ya que a medida que crece él bebe, se incrementa la presión en la pelvis dificultando el paso de sangre de las venas hacia el corazón y entonces la congestión hace que aparezcan las dilataciones venosas en un organismo que ya tiene esta tendencia por herencia en la mayoría de los casos.
No siempre la cirugía es la respuesta, en etapas iniciales los buenos hábitos, las medidas de higiene venosa, el ejercicio sobre todo el aeróbico, la gimnasia y los medicamentos pueden contener la progresión de esta enfermedad.
Si las lesiones son muy aparentes en etapas incipientes puede intentarse la esclerosis por aplicación de substancias inocuas para el organismo y que permiten borrar de las piernas estas lesiones.
Cerca de 15% de todos los adultos padecen de várices y no se considera enfermedad exclusiva de las mujeres aunque es más frecuente en ellas.
El mantenerse de pie por periodos prolongados, estar sentado mucho tiempo, levantar objetos pesados puede aumentar la presión de las venas y generar el aumento del daño en sus válvulas y la aparición de las várices.
Las várices pueden iniciar en el sistema venoso y no ser visibles, complicándose posteriormente con el desarrollo de lesiones superficiales y visibles, pero pudiendo generar las molestias en las piernas sin que se noten lesiones.
La sensación de dolor sordo (tipo opresivo, continuo y que no cambia con las posiciones), la sensación de cansancio que se desencadena después de estar de pie, suelen ser los síntomas más frecuentes.
Las venas que más afectadas son la safena interna y la externa en este orden. El estudio idóneo para el diagnóstico es el ultrasonido venoso.
Ante la duda es importante acudir al médico ya que si iniciamos rápido el tratamiento los resultados serán satisfactorios.