¿Cómo funciona el consumo de sal en nuestro organismo?
El cloruro de sodio o sal es indispensable en nuestro organismo para que este funcione eléctricamente bien, todas las membranas celulares tienen que ver con cargas eléctricas y para un buen funcionamiento debemos tener cierta cantidad de sodio en el interior de la célula y otra cantidad en la sangre.
El estudio para medir la cantidad de sodio en sangre se llama medición de electrolitos. Los electrolitos tiene una estrecha relación con la concentración de agua y de hecho los riñones, el cerebro, el corazón y el hígado regula sus comportamientos de acuerdo a las concentraciones de sodio, y potasio.
En el riñón tenemos una hormona que liberada del cerebro se encarga de modular de acuerdo a las concentraciones de sodio la cantidad de agua que va a retener para mantener una osmolaridad normal en sangre y en orina (osmolaridad es el número de partículas que tiene una solución en este caso la sangre y su relación con todo su contenido entre ellos el sodio). El sodio es el principal componente de la osmolaridad sanguínea y su función es mantenerse estable en el interior de las células y en la sangre.
El mecanismo para bajo sodio es o perder agua con sodio o retener demasiada agua (edema).
La deshidratación, baja función tiroidea, la intoxicación con agua (tomar agua continuamente en exceso), la diarrea, las dietas extremas, el ejercicio de alta resistencia, medicamentos como los antidepresivos tricíclicos, las anfetaminas, los diuréticos y la senilidad (el paciente no se puede proveer sus alimentos y depende de los demás para su consumo) son las causas que frecuentemente vemos que generan esta alteración. Mas raramente la secreción inapropiada de hormona antidiurética (evita que perdamos agua) puede sobre actuar desnivelando el balance de líquidos y electrolitos y generando una importante dilución.
Uno de los órganos más susceptibles a estos cambios es el cerebro, de inmediato ante la dilución o disminución real de sal en la sangre procede a liberar de su interior sal hacía la sangre para compensar el déficit, sin embargo si esto no se controla de forma rápida quedará sin el sodio que necesita en su interior y sin controlar la cantidad de sal o sodio en la sangre.
Los estados generados por la baja de sodio en el organismo se presentan de manera progresiva y van desde la debilidad, somnolencia, confusión, delirio, estupor, coma, convulsiones y hasta la muerte. La nausea y el vómito son frecuentes acompañantes de este cuadro clínico.
El estudio más importante es la medición de electrolitos en sangre, después la densidad urinaria y la concentración de electrolitos en orina. Con este resultado se seguirá una secuencia de tratamiento que lleve al paciente lentamente de su estado depletado de sal a la normalidad.
Si se hace muy lentamente se produce destrucción de la mielina de las neuronas y si se hace muy rápido se produce hinchazón de las células cerebrales con edema de las misas y su destrucción, no son permitidos los errores y se debe tener al paciente en una unidad de cuidados intermedios o intensivos. Del correcto proceder se deriva la recuperación del paciente.
También es importante la celeridad con la que se proceda para llevar a los pacientes para su atención con el médico.
La baja de sodio por debajo de los 135 mEq/l se denomina HIPONATREMIA.