Me infarté lo siento
Indudablemente que nadie es infalible antes la adversidad, sin embargo esta adversidad en ocasiones puede ser previsible o prevenirse y contra la otra no hay nada, en el primer caso conocemos los elementos que constituyen el evento y de esta manera podemos prevenirnos contra el desenlace, en el segundo caso no hay nada que hacer.
Comento esto por lo que he vivido en estos últimos años:
De buenas a primeras deportistas de alto rendimiento en plena televisión cayeron como fulminados sufriendo una muerte súbita que por estadísticas y estudios de patología se asocian a enfermedades congénitas de las coronarias, de lo cual por supuesto no estaban enterados, así también existe un estudio de las fuerzas armadas en estados unidos donde se han investigado las causas de muerte súbita en jóvenes soldados corroborándose lo mencionado anteriormente.
Un grupo de conocidos médicos uno de ellos maratonista sin malos hábitos sufre súbitamente un infarto a la edad de 45 años, otro tiene muerte súbita terminando su trabajo en el hospital donde labora, uno más mientras se relaja al terminar el ejercicio se infarta y cae en paro, tres más uno de 38 años, otro de 60 y uno más de 50 se infartan durante su trabajo o rumbo al mismo. Bien o mal se que este grupo está en contacto con la información que se necesita para prevenir este problema sin embargo la información no logra evitar el desenlace, por lo que me pongo a pensar cuál es el común denominador de estos casos y que creen lo encontré, es el estrés, situación que en pacientes con niveles de colesterol limítrofes entre lo bueno y no tan malo, buenos hábitos de no consumir tabaco, tóxicos o alcohol en exceso, algunos de ellos activos y con vidas no sedentarias, y eso sí, todos con jornadas de trabajo fuera de lógica ya que su horario prácticamente no existe corren de una institución a la otra y en el mejor de los casos trabajan día y noche en horarios impredecibles.
Tienen familias, hipotecas, tarjetas de crédito, inquietudes culturales, sociales y proyectos de vida y si, en efecto mucho pero mucho estrés, aquél que se genera con la limitación del tiempo del paciente que no quiere salir de la oficina hasta no resolver todas sus dudas y el que está ansioso porque hace 30 minutos debía estar adentro con su médico, también el estrés de haber operado o elegido un tratamiento médico para un paciente y saber que las cosas no están yendo por el mejor camino, el estrés de la complicación del paciente, del poco tiempo para compartir con la familia, del pago de las cuentas, de los impuestos, de la auditoría y bueno para que les cuento si este apartado creo que lo vivimos todos los que no nacimos ricos y tenemos que trabajar desde que dejamos la casa para ser profesionistas.
Este estrés queridos amigos, sin tiempos de esparcimiento, sin vacaciones, sin sueño completo con fase REM, sin tranquilidad familiar (más de la mitad de mis amigos médicos son divorciados) sin un programa de ejercicio aunque no una tan mala dieta, genera cambios en la presión arterial elevándola, en el endotelio vascular (la cubierta interna de los vasos sanguíneos) que incrementa su adherencia para las grasas aunque estas no sean muchas, generando placas de ateroma, que luego en un momento que llevará solo unos minutos o segundos se romperá para formar un coágulo oclusivo en una arteria importante del corazón (coronaria) o del cerebro obstruyendo en esa zona la circulación dejando ese tejido parcial o totalmente sin los nutrientes y el oxígeno que lleva la sangre ocasionando un infarto o una embolia.
Contra los niveles altos de colesterol, la hipertensión arterial, la obesidad, la vida sedentaria, el tabaquismo y los antecedentes familiares podemos luchar con conciencia, pero cuesta mucho trabajo hacer entender al ser humano que el estrés es capaz de acabar con su vida.
El mejor antídoto para el estrés es el sueño y el ejercicio, las vacaciones y las jornadas limitadas de trabajo. Recuerda QUE CUANDO TE INFARTAS nadie entiende lo que pasó solo tú vas a recapacitar ya que eres el afectado, verás que cambia tu vida de manera forzosa y terminarás diciendo, LO SIENTO ME INFARTE y ya no soy el mismo ni puedo hacer lo que antes, todo es diferente y estoy enfermo.
La prevención es el ícono de la medicina interna.