Editorial: Angina de Pecho por Hipertensión Arterial
Edgardo tiene 47 años de edad y siempre se ha considerado sano, aunque, su peso es de 92 kg, talla de 1.75 m, e IMC de 30 kg/m2 de sc por lo que se le califica como obeso.
Nunca realiza ejercicio físico ni actividades como caminar o subir escaleras, pasa más de 6 horas frente a una pantalla de computador al día y cuando menos un hora diaria en su casa ve televisión.
Tiene antecedentes por ramo materno de diabetes tipo 2 (la que se controla al inicio con pastillas y luego usa insulina) y de hipertensión arterial por ascendencia paterna, además, de que ambos padres tienen el colesterol alto y reciben tratamiento por este motivo.
Ha notado en el último mes que se le tapan los oídos de manera intermitente, que se marea peor momentos, que le duele la cabeza casi diario sin predominio de horario y que se cansa mucho cuando camina más de dos cuadras o tiene que subir escaleras. Progresivamente toda esta sintomatología se ha incrementado en especial la sensación de opresión en la cabeza, de tal forma, que ha decidió tomar aspirinas cuando menos dos veces al día lo que lo ayuda a mitigar las molestias.
Con la finalidad de mejorar su condición Edgardo dejó de comer carne, tomar bebidas con cafeína, azúcar y alcohol, con lo cual al parecer mejoro, sin embargo, después de dos semanas volvió a su rutina habitual con lo que los síntomas regresaron y ahora con mayor persistencia y grado.
Hoy al salir del trabajo después de un día laborioso y complicado, al ir manejando, sintió opresión en el pecho, dificultad para respirar, dolor de cabeza severo punzante, y una rara sensación de irrealidad al no poderse ubicar en tiempo y espacio, además de un mareo discreto que lo hacía sentirse indefenso y angustiado.
Alarmado acudido al servicio de urgencias del hospital más cercano donde fue evaluad concluyendo con que se encontraba con la presión en da rangos de gravedad (170/110 lo normal es no más de 150/80), frecuencia cardíaca de 115 por minuto (normal menos de 90), saturación de 90% (normal de más de 92%), glucosa de 113 mg/dl (normal de menos de 100 mg/dl), colesterol 259 mg/dl (normal menos de 200 mg/dl), triglicéridos de 300 mg/dl (normal de menos de 150 mg/dl), perímetro abdominal de 106 cm (normal de menos de 90 cm), electrocardiograma normal y reportando un gasto de energía de 0-2 mets, menos de 30 minutos por semana, cuando rendimiento esperado para el 85% a su edad es de 4 mets cuando menos 120 minutos a la semana.
Con todos estos datos Edgardo suma más de dos factores de riesgo, además de sintomatología cardiovascular por lo que se cataloga en riesgo inminente de un evento grave de no ser tratado cuanto antes y ser sometido a un riguroso cambio de estilo de vida.
Tiene un riesgo 4 veces mayor de padecer u n evento cardiovascular que lo deje con limitaciones en su calidad de vida o que le cause la muerte, comparado con cualquier persona normal.
Debe bajar de peso a un ritmo aproximado de 2 kg por semana, iniciar actividad física leve 12 minutos por día e incrementar 5 minutos cada 2 semanas, comenzar con medicamentos para corregir la presión arterial, el colesterol, los triglicéridos así como la glucosa.
Debe ser evaluado cada semana para llevar un seguimiento estricto, monitorizar sus resultados de laboratorio en dos meses, vigilar las metas en peso y cantidad de actividad física, el perímetro abdominal, que sabemos que al disminuir garantiza una merma en triglicéridos y desde luego debemos cuanto antes de controlar la presiona arterial llevándola a menos de 140/80.
En conclusión lo que tuvo Edgardo fue una angina de pecho por hipertensión arterial o angor hemodinamico, con afectación neurologica (encefalopatía hipertensiva) por la severidad de la hipertensión arterial al condicionar bajo gasto cerebral y disminución de la oxigenación como efecto secundario a la alta presión incrementada.
El riesgo en este caso es mayor ya que en la historia clínica del paciente se detecta disfunción eréctil (no logra erecciones completas y duraderas) lo que nos indica que las arterias del pene están ateroescleróticas por lo que las coronarías seguramente también estarán afectadas de la misma manera (depósitos de grasa en su superficie con oclusión parcial). <
Consideramos que es un buen momento para corregir los factores de riesgo y ser responsable con la dieta y el ejercicio, modificando el pronóstico de vida. Sin embargo para no dejar las cosas al azar, este paciente debe de ser sometido en cuanto se pueda a prueba de esfuerzo, a monitoreo ambulatorio continuo de presión arterial (MAPA).
Dejar evolucionar los malos hábitos, por ignorancia o decidía tienen exactamente las mismas consecuencias en la salud de los pacientes, conocer los riesgos por los antecedentes familiares y tener conocimientos elementales sobre la salud general, es una herramientas valiosas para la toma de decisiones de los pacientes.
Es obligación de los padres enseñar a sus hijos sobre las consecuencias de un mal estilo de vida, deben conocer el impacto de estar sentado durante horas frente a una pantalla y que el factor de riesgo más agresivo para propensión a enfermedades cardiovasculares, es la vida sedentaria.
BIBLIOGRAFIA
Diagnóstico Clínico y Tratamiento. Mc Graw Hill. 49a Edición. 2010.
Harrison Principios de Medicina Interna. Mc Graw Hill. 16a Edición. 2005.
Atentamente.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo.
Presidente
Ejercicio es Medicina en México
Médico Internista
Expresidente del CMIM
Fellow of the American College of Medicine
Miembro del Comité de la ISIM
www.exerciseismedicine.org.mx
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