Editorial: Evolucionar para crecer
Evolucionar para crecer (no soy político ni economista)
Cuando era estudiante de medicina en los años 70, decidí salir de mi zona de confort e inscribirme a diferentes asignaturas donde los profesores fueran expertos, más exigentes, con reputación de éxito y liderazgo en su desarrollo profesional, aún enterado de que esto exigiría un mayor esfuerzo personal, tiempo dedicado al aprendizaje y posibilidades de no obtener fácilmente una buena calificación debido a lo complicado y difícil del curso. En aquel momento esto significaba abandonar al grupo con el que había iniciado la carrera, entre ellos varios amigos, y desde luego pues la comodidad que significaba adaptarme al curso con buenos y malos maestros que era lo que todo el mundo hacía evitándose problemas de buscar nuevos grupos y profesores.
Mi experiencia fue muy estimulante, tuve que esforzarme en evolucionar, crecí en el aspecto profesional; socialmente me adapté muy bien a la circunstancia de cambiar de grupo, perdía menos tiempo con amigos y cosas banales, me centré mejor en el curso y logré el reconocimiento de mis profesores por el esfuerzo, lo que me valió oportunidades de participación en actividades relacionadas con mi carrera dentro de los hospitales y con aprendizajes extra que aportaban mayor conocimiento a mi estructura de formación.
Me tocó vivir las crisis económicas que correspondieron a los gobiernos de Luis Echeverría y José López Portillo; como estudiante y como residente vi mermada mi economía y las oportunidades de trabajo de manera importante debido a estos eventos; me tocó ver la caída del muro de Berlín, viví el lunes negro de Serra Puche y el Presidente Ernesto Zedillo; emocionalmente como estudiante y habitante de la aldea global lidié con los conflictos árabes-israelitas, la presencia de Idi Amin, Yasser Arafat enarbolando su política basada en el terrorismo y desde luego con Moamar Gadafi populista, tiránico, abusivo y desafiante ante el imperialismo yanqui y la OTAN. Me enteré de la Guerra de las Malvinas y sus repercusiones. Estuve en medio de la guerra fría, escuché y vi en las noticias los horrores de la guerra de Sarajevo, Bosnia y Herzegovina y la desintegración de la República Yugoeslava; la guerra del Golfo entre la fantasía de Bush y las armas ocultas de del dictador Sadam Husein y reí con Chávez en Venezuela.
En mi país he vivido la infiltración del narcotráfico en la vida de todos los mexicanos, el quebrantamiento de la paz social, los gobiernos corruptos, 12 años de reformas retenidas porque los diputados no quisieron aceptarlas en los gobiernos de fox y calderón), las crisis económicas mundiales que ahora afectan a todos los países (entre ellas la crisis de los préstamos hipotecarios en USA que dejó tambaleando a la economía mundial en el 2006), vi reventar a la economía española que estuvo en Jauja poco tiempo antes; presencié la decisión del UK en el Brexit y el día de ayer la elección de Donald Trump.
Sinceramente nada me espanta ya, he visto Blandir espadas sobre el mundo por los líderes Chinos, Rusos, Estadounidenses, Coreanos, Árabes, por Estados Islámicos inubicables y ahora por el Sr. Donald Trump.
El mundo ha recibido amenazas nucleares del presidente de Corea del Norte y desde luego las pendientes cuando el mundo árabe se arme serán inevitables; vivimos en una constante amenaza de muerte por los enemigos de la Paz y del Orden Mundial, por aquellos que consideran que los intereses de ellos y sus grupos son los únicos importantes, sin que nada se pueda detener o evitar, hasta que ellos lo deciden.
El Sr. Donald Trump quiere que se levante un muro financiado por los mexicanos porque no nos quiere ver, desea que todo mexicano viviendo en su país se regrese a México; quiere gravar las remesas que ascienden a 20 mil millones de pesos anuales para pellizcar lo más que pueda la economía de los trabajadores mexicanos en su país, con la finalidad de beneficiar a sus paisanos. Sabe que la economía mexicana tiene un superávit en la balanza comercial de 50 mil millones de pesos en las negociaciones con USA, que ellos son nuestro más importante socio comercial en un porcentaje del 80% y que exportamos 400 mil millones de pesos anuales, todo esto lo sabe él, y espero que nosotros también; es poco probable más no imposible que todo de un salto espeluznante para México sin que lo podamos evitar, sin embargo la economía de USA también se vería severamente afectada a corto, mediano y largo plazo, desde luego México sería el más trasquilado en este proceso; ¿Quién tiene la culpa?, somos el hermano menor de USA desde toda la vida, pero el hermano bastardo de mala calidad para ellos, del que no quiere hablar y al que se siente irremediablemente enlazado sin poderse desprender, so pena de pagar las consecuencias.
Este Sr. Presidente Ahora, tiene la firme idea de deshacerse de este parentesco cuanto antes, de enfrentar la consecuencias a como dé lugar y de una vez por todas, propiciar la creación del muro histórico de su independencia de nosotros y nosotros obligados de la de ellos, lo que cambiaría el futuro no solo de México, sino de muchas economías ya que sus alianzas rebasan todas las expectativas de consenso, limitándose solo a la conveniencia.
¿Qué nos va a pasar?, bueno pues entraremos en un grave recesión económica, con inflación, devaluación, pérdida de empleos y crisis social, entre otras cosas predecibles más las impredecibles; lo triste de todo es que México ya ha estado en circunstancias extremas bajo sus propios demonios, sin embargo, siempre ha salido adelante a costa de inteligencia, trabajo, acuerdos y alianzas, es momento de enfrentar para evolucionar y evolucionar para crecer,.
No hay opción, echemos a andar las reformas estructurales, comencemos a diversificar nuestras relaciones comerciales, hagamos reingeniería en nuestras organizaciones y planeemos estratégicamente a largo plazo; los mexicanos debemos estar concientes que pueden avecinarse tiempos difíciles, pero que podemos llevarlos bien cerrando filas, como lo hemos hecho antes, no esperemos para ver que va a suceder, comencemos a trabajar por el bienestar futuro hoy, cada uno, luego en comunidad y después todos juntos.
Esta interesante circunstancia pone a prueba a nuestro país y su capacidad resolutiva, debemos mostrar solidez y la unión que permita a nuestro aparato político diseñar las estrategias y los escenarios que se necesitan para el desarrollo y los trabajos que los mexicanos ejercerán en un futuro próximo.
De este lado del río bravo tenemos un país con muchos recursos, mucho por desarrollar, mucha infraestructura por planear y grandes oportunidades como país en crecimiento.
Dirán que qué romántico, ¡no soy político ni economista!, pero se restar, es mejor comenzar hoy para poder sumar en un futuro. Hay que renegociar con el padre bastardo y estar listos para todo, ya que no hay opción.
Atentamente.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo.
Presidente
Ejercicio es Medicina en México
Médico Internista
Expresidente del CMIM
Fellow of the American College of Medicine
Miembro del Comité de la ISIM
www.exerciseismedicine.org.mx