Editorial: Tres generaciones
Cuando una madre se encuentra embarazada tiene a lugar una circunstancia muy peculiar, es el hecho de que ahora dentro de ella hay un producto con un código genético resultado de la unión de los cromosomas del padre y de la madre, sin embargo esto se lleva a cabo en un medio ambiente que es el código o genoma de la madre que da el contexto al bebé para que se geste y se desarrolle y por otro lado el producto (bebé) tiene las células reproductoras en sus testículos que serán parte de un futuro ser humano, o sea, presenciamos en un solo momento la conjunción de 3 generaciones de genes.
Cuando se unen los genes del padre y de la madre, se forma el nuevo código de 25-29 mil genes, dando origen a un ser con características bien definidas, sin embargo, desde ese momento adentro del útero de la madre el experimentará cambios en el comportamiento del DNA por influencia de lo que llegue a él desde el medio ambiente externo (contaminación, tóxicos, plomo, partículas de carbón), lo que reciba producto del consumo de alimentos de la madre (alimentos con altos contenidos de conservadores como los embutidos, grasa saturadas o deprivación de alimentos) y de los hábitos de la misma (consumo de drogas, tabaco, alcohol).
Estas influencias van cambiando el comportamiento de los genes de forma desfavorable, ya que se va apagando parte de su función que está encargada de producir proteínas que ayudan a tener una buena calidad de vida y que evitan enfermedades.
Cuando el bebé, nace ahora ya no es como se concibió al inicio, ahora tiene una evolución que lo ha cambiado y sus genes trabajan de manera diferente a como fueron programados, esto se llama modificación epigenética, así pues epigenómicamente será ahora diferente.
Cuando nace, la manera de alimentarse, la actividad física que tenga y las influencias del medio ambiente seguirán gestando cambios en los genes para bien o para mal, dependiendo de los buenos y malos hábitos que desarrolle. Sabemos esto a expensas de los estudios en gemelos idénticos donde uno puede ser sano completamente y el otro enfermo debido a la metilación de sus genes por sus deficientes hábitos, este segundo tendrá apagadas diferentes áreas en su código de genes.
El estado de estrés, el consumo de grasas, el sedentarismo, la hipertensión arterial, la diabetes, la obesidad y el síndrome metabólicos son condiciones contribuyen a la metilación de genes (situación que apaga funciones). El común denominador de estas condiciones patológicas es la inflamación, situación que lleva al daño de los vasos sanguíneos y luego a la formación de placas de grasa que posteriormente ocluyen las arterias dañando total o parcialmente las funciones de los órganos o producen infartos.
El estado de estrés simula el proceso inflamatorio crónico que se deriva de una mala función de los genes y que favorece el desarrollo de tumoraciones malignas.
Investigaciones recientes demuestran que el ejercicio físico realizado 30 minutos de moderado a intenso, logra activar 7 mil genes, los desmetila (o sea que los vuelve a encender) y esto ayuda a proteger al organismo de los daños promovidos por la inflamación.
El ejercicio físico influye de forma positiva a la memoria, al aprendizaje, a la capacidad de consumo de oxígeno lo que redunda en una mejor condición física, a la respuesta del aparato inmunológico y reduce la hipertensión arterial.
Hacer ejercicio 30 minutos 5 veces por semana, moderado, anexando dos días no subsecuentes de pesas con peso intermedio, logran bajar la mortalidad en general de cualquier persona.
La suma de una buena alimentación, el ejercicio y los buenos hábitos eliminados el alcohol, el tabaco y los alimentos grasos promueven una calidad de vida excelente libre de enfermedades
Atentamente.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo.
Presidente
Ejercicio es Medicina en México
Médico Internista
Expresidente del CMIM
Fellow of the American College of Medicine
Miembro del Comité de la ISIM
www.exerciseismedicine.org.mx